La Congregación Hijas de la Misericordia dio inicio a su celebración jubilar, por sus 100 años de fundación y sus 70 años de presencia en nuestra Diócesis

La Congregación “Hijas de la Misericordia de la Tercera Orden Regular de San Francisco”, este año 2019 celebra el 100° aniversario de su fundación que coincide con el 70° aniversario de la apertura de la comunidad religiosa Inmaculado Corazón de María en Castro – Chiloé.

En el marco de esta conmemoración se realizó una misa solemne el pasado 05 de Octubre en el Templo San Francisco de Castro, la cual fue presidida por Monseñor Juan María Agurto, acompañado por los sacerdotes franciscanos de esta parroquia, además de otros sacerdotes diocesanos que vinieron acompañar sus hermanas religiosas en esta fiesta de acción de gracias. Para la ocasión llegaron muchos fieles laicos asociados a esta congregación, inclusive de otros países, en reconocimiento de la gran labor que realizan estas religiosas, inspiradas en la vida de San Francisco y de su fundadora la Beata María de Jesús Crucificado.

Luego después de la celebración Eucarística se vivió un rico momento celebrativo, con los más cercanos, dónde se prestó una merecida homenaje a estas mujeres de fe, de vocación al servicio al prójimo, de vida de oración, y entusiasmo por seguir cumpliendo el mandato del Señor: “Vayan por todo el mundo y anuncien la Buena Nueva a toda la creación.” Mc 16, 15

Presencia en Chiloé

Fuimos fundadas por la Beata María de Jesús Crucificado Petković en Blato – Isla Korčula – Croacia. De la Madre Fundadora hemos heredado una rica herencia espiritual: el carisma, la espiritualidad franciscana y el cumplimiento de las obras de misericordia. En la misión de la Congregación, ocupa el primer lugar  el apostolado de la educación e instrucción de los niños y jóvenes, especialmente de los más pobres y necesitados que no tienen posibilidades suficientes para adquirir una completa educación religiosa  y preparación profesional  que necesitan en la vida.

El 13 de febrero de 1949, María Petković, viaja a Santiago, acompañada por Hna. Stella García. Luego por tren, llegaron las otras religiosas destinadas a la nueva fundación. El 16 de febrero, viajaron en tren a Puerto Montt, y el 19 de febrero, en el barco a vapor “Tenglo” llegaron a Castro. En Dalcahue las esperaba la Sra. Isabel Gallardo con su esposo quienes en su vehículo las llevaron a  la Iglesia Parroquial de San Francisco en Castro, donde fueron esperadas y recibidas  solemnemente por Mons. Cándido Rada, obispo de Ancud, el Padre Bernardino Díaz, superior de la comunidad franciscana de Castro y todos los integrantes de ella, como también el ilustre señor Alcalde de la ciudad, Dr. René Tapia Salgado. El señor Obispo presidió el solemne Te Deum de acción de gracias por el don de la presencia de las Hermanas Hijas de la Misericordia en este pueblo.

El 8 de marzo, el obispo de Ancud, Mons. Cándido Rada y María de Jesús Crucificado Petković, firmaron el contrato de la fundación de la casa en Castro, Isla de Chiloé. La casa, el colegio y la capilla fueron dedicados al “Corazón Inmaculado de María”. La primera comunidad estaba constituida por: Hna. Tarzicia Dimitriades, superiora, Hna Stella Garcia, Hna. Celia Ferreira y Hna. Carmen Leguizamón.

En la primera página del libro de las Visitas canónicas, Mons. Cándido Rada, Obispo de Ancud, escribió: “Fundar una casa religiosa es establecer un nuevo Nazareth donde se prepara la redención de las almas. Haga Nuestro Señor Jesucristo que esta nueva casa de las Hijas de la Misericordia corresponda siempre a los anhelos e intereses de su Sagrado Corazón y de su Divina Madre María Inmaculada. Bendigo de corazón, esta obra.” (C. Rada, Obispo de J.C. de Ancud, Castro 20 de Febrero de 1949). En el Acta de la fundación, la Madre María Petković escribe: “En nombre de Jesús se abre esta casa religiosa de nuestra Congregación Hijas de la Misericordia de la T.O.R. de San Francisco en Castro, bajo el nombre “Inmaculado Corazón de María”, para mayor gloria de Dios y extensión de su dulce amor y salvación de las almas, según el fin principal de nuestra Congregación. Que todo sea sólo para Él y su santo amor y santificación de las Hermanas. Deseo que aquí sea semillero de vocaciones santas… Bendigo a todas las que están y las que vendrán a nuestra Congregación.” (María de Jesús. Crucificado Petković, Castro, 14.III.1949).

 

 

 

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