La devoción al Nazareno de Caguach volvió a manifestarse con fuerza este 30 de agosto. En un clima espectacular y con una asistencia histórica de más de 3.600 peregrinos, la isla de la devoción acogió una vez más a fieles que llegaron desde distintos rincones de Chiloé y del país para rendir homenaje a Jesús Nazareno.
La fiesta no se reduce solo al día 30. Como es tradición, comenzó el 21 de agosto con la novena. Durante su desarrollo, se vivieron momentos significativos: la tradicional “Preba” de chalupas —que habitualmente se realiza el día 23— este año se llevó a cabo el 24 de agosto, reuniendo a los cinco pueblos junto a otras comunidades y organizaciones del archipiélago en una competencia que recuerda la histórica disputa por la imagen del Nazareno.
El 28 de agosto, tras la celebración posterior a la procesión con el Santísimo, se realizó la bajada de la imagen de Jesús Nazareno desde el altar mayor. Con su tradicional pasacalle, la venerada imagen fue acercada al lugar donde los peregrinos pudieron llegar a tocar su bendito manto.
El 29 de agosto, por la mañana, se celebró la Eucaristía y por la tarde se realizó la procesión de banderas, con el característico “juego de banderas” como signo de paz entre los pueblos. Al caer la noche, la devoción se expresó en el santo Vía Crucis, contemplando los dolores de la pasión de nuestro Señor Jesucristo.
El día 30 de agosto, la gran fiesta, amaneció con las puertas del templo abiertas y los primeros peregrinos que llegaban con fe y gratitud para agradecer favores, cumplir mandas y elevar súplicas. La Misa de las 9:00 horas fue presidida por el Vicario General de la Diócesis, presbítero José Andrade, y la Eucaristía central por el Obispo de la Diócesis de San Carlos de Ancud, Mons. Juan María Agurto Muñoz, quien animó a los fieles a seguir siendo testigos de esperanza en sus comunidades.
Al finalizar, comenzó la gran procesión de las imágenes: la cruz mayor, banderas, estandartes y los santos patronos de las comunidades se fueron formando en la explanada del santuario, esperando la salida del Nazareno. Al son de los pasacalles, fiscales y fieles caminaron tras la imagen entonando los tradicionales Gozos. De regreso al templo, se cantó la salve y el celebrante impartió la bendición.
Pero la fiesta no termina el día 30. Como cada año, el 31 de agosto se celebra la fiesta del cabildo, un rito íntimo y propio de los cinco pueblos de Caguach. En ella se realizan antiguas tradiciones, como las vueltas alrededor del templo antes de la Santa Eucaristía. Al concluir, la imagen del Nazareno fue llevada nuevamente al altar mayor, donde permanecerá hasta enero, cuando volverá a congregar a miles de peregrinos en la segunda gran fiesta en su honor.
De esta manera, la isla de Caguach volvió a ser el corazón de la fe chilota, donde devoción, tradición y cultura se entrelazan en la fiesta religiosa más importante del archipiélago.
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