“Quiero decirles que nada es imposible para Dios si uno quiere”, Parroquia de Quemchi recibe la visita de los jóvenes de la Fazenda de la Esperanza

En este primero domingo de Adviento la Parroquia de Quemchi recibió la visita de los jóvenes que están en la Fazenda de la Esperanza Jesús Nazareno de Chiloé.

En la celebración eucarística del Domingo 02 de Diciembre, la comunidad quemchina recibió con alegría los jóvenes que se están recuperando de la drogadicción en la Fazenda de Chiloé, con el objetivo de difundir su comunidad terapéutica y así motivar a otros con su testimonio de superación, de valentía en su búsqueda de una nueva y sana vida.

En esta mañana dos de los jóvenes dieron su testimonio, aquí les compartimos algunas de sus palabras:

“Llegué a la fazenda porque estaba aburrido de la vida que llevaba, estaba perdiendo case todo, más de 20 años sumergido en el alcohol fui un borracho y no tengo vergüenza de decirlo, fui despreciado, fui humillado, pero como dijo el padre hoy: Jesús vino a salvar, vino a perdonar; estoy casi 7 meses en la fazenda, he cambiado mucho y eso gracias a que yo tomé la decisión de entrar porque quiero ser otro, quiero quererme a mí mismo y quiero decirles que nada es imposible para Dios si uno quiere y miremos a nuestro hermano con mucha misericordia porque esto de la fazenda es un acto de misericordia de Dios, así lo siento.”  José, 38 años

“El tiempo que viví en la droga fue un tiempo malo, triste, muchos fracasos, pocas alegrías, nada resulta bien cuando uno está metido en la droga, haber llegado a la fazenda creo que fue un tema de Dios, porque muchas veces busqué ayuda fuera y nunca me resultó; en este lugar me reencontré de nuevo con la vida, con disfrutar cosas pequeñas, volví a sentir alegría, me río todos los días, cosa que antes no lograba. Ya llevo cinco meses, luego cumplo seis, ya me siento mejor y disfruto de lo bueno, fue un cambio tremendo en mi vida y creo que de ahora en adelante quiero seguir así. También decir que no andemos criticando ni juzgando, tratemos de ayudar porque hay muchas personas que lo necesitan, estas personas que están en la calle podrían ser tu papá, tu hermano…” Sebastián, 21 años

 

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