Nuestro Obispo nos hace un llamado a reflexionar sobre la familia y la casa común

En este año 2017 nuestro P. Obispo Juan María Agurto hace un llamado a todas las instancias pastorales de la Diócesis de Ancud a dar énfasis a dos temas vitales: la familia y el cuidado de la casa común.

En el contexto de nuestro caminar pastoral a partir del XI Sínodo diocesano, dónde surgieron ocho prioridades pastorales y que de las cuales, para este primero quinquenio (2013-2018) se están trabajando las opciones preferenciales: la familia, los jóvenes, los agentes pastorales y la Iglesia en medio de la sociedad; y después de haber reflexionado con el consejo diocesano de pastoral, con el discernimiento que nos da el Espíritu Santo el Obispo nos hace llegar una carta que debe orientar el trabajo pastoral de este año,  “buscamos hacer nuestro servicio pastoral guiados por las opciones pastorales acordadas y atentos al acontecer  permanente como signo de la acción del Espíritu Santo que no deja de conducir a la comunidad eclesial. Por esto, que en las últimas reuniones de Consejo Pastoral hemos visto oportuno que en estos dos años del quinquenio retomar los impulsos que nos dan las enseñanzas del Papa Francisco respecto a la familia con  la exhortación “sobre el amor en la familia” (“Amoris Laetitia”, año 2016) fruto del Sínodo sobre la familia y la carta encíclica “sobre el cuidado de la casa común” (“Laudato si”, año 2015) que trata sobre la responsabilidad que nos cabe en el cuidado de nuestro medio ambiente”.

En su mensaje Mons. Agurto nos deja algunas preguntas para profundizar “¿Cuánto sabemos sobre estos temas vitales? ¿Cuánta consciencia tenemos de estos desafíos? ¿Cuál es el aporte de nuestra fe cristiana a esas grandes tareas pendientes de nuestra sociedad? Sabemos que no agotaremos estas opciones pastorales, pero debemos con fe y esperanza seguir dando pasos, dar nuestro aporte aunque nos cueste”. La idea es que estos temas no sean vistos como una carga más en “la mochila” de la pastoral, sino que son temas transversales y que se pueden incorporar en las actividades que ya estaban programadas en las diferentes instancias: parroquias, áreas, zonas, movimientos y colegios.

Al finalizar su carta, el P. Obispo nos pide que “oremos constantemente unos por los otros, confiando que el Espíritu Santo nos conduce, y pongamos nuestros mejores esfuerzos por realizar acciones pastorales que nos ayuden a crecer, valorando la buena noticia que es la familia y el cuidado responsable de nuestro planeta. Aunque sea “contra de la corriente” de nuevas y viejas ideologías o de sistemas sociales donde el dinero o el poder ocupan el lugar de Dios. No debemos dejar que nos quiten la esperanza y poder sembrar  con fe que nuestro mundo está llamado a la plenitud del reino de Dios”.

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